El divorcio es la salida de muchas parejas creyendo que de esta manera, se solucionarán los problemas en familia.
En el divorcio de un matrimonio, se observa la pelea por quien tiene la razón.
Se ponen culpas el uno sobre el otro.
Y practica el juego de la culpa que se originó en el Edén, cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios.
Al ser confrontados por Su Creador, la respuesta fue: la mujer que me diste, la serpiente me engaño, y de allí surgió este jueguito que se sigue practicando en las familias.
Lo más triste en el divorcio, es que los hijos sufren más por la separación de los seres más significativos de su vida.
Los seres humanos creemos tener siempre la razón en todo .
Y en una relación conyugal se olvidan las diferencias entre hombre y mujer, se busca el propio bien.
Esto contribuye a una ruptura de relación que puede llevar a la disolución de ese lazo que los une.
No hay nadie perfecto, todos fallamos y todos tenemos lados negativos y positivos, y como la Biblia dice: No hay justo ni aún uno.
Dios diseñó el matrimonio para que podamos ser complementos el uno del otro Necesitamos ser modelos a nuestros hijos y no buscar el camino más fácil: El divorcio.
Dios te bendiga,
Tu hermana y amiga,
Alva Vargas de Contreras.
www.alvadecontreras.com
Te invito a ver el siguiente video y permite que el Espíritu Santo hable a tu corazón.
Totalmente de acuerdo.