Los susurros de Dios llegan de diferentes maneras. A través de un lindo pájaro, de un persona, de una circunstancia. Necesitamos hacer un alto en la vida y detenernos a escuchar esa dulce voz que nos habla y no dice: Te amo hijo (a), estoy a tu lado.
Alva de Contreras
www.alvadecontreras.com
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