“Y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Efesios 4:6.
No provocar a ira. No ser impacientes, no usar severidades irrazonables, tratarlos prudente y sabiamente, convencer sus juicios y trabajar sobre su razón. Necesitamos darles una apropiada y compasiva corrección. No abusar del poder que Dios ha dado a los padres, recordar que nuestros hijos son en una manera particular, piezas de nosotros mismos, y por lo tanto deben ser gobernados con ternura y amor, y cuando les advirtamos, les aconsejemos, les reprochemos, hagámoslo de una manera que no los provoquemos a ira.
Santiago 1:5 “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche y le será dada”.
Preguntémonos: Realmente la situación amerita un castigo?
Abramos espacio para el diálogo cuando un hijo ha hecho algo que consideramos indebido y que va en contra de la moral divina, mostrando lo que la Biblia enseña al respecto.
Es necesario mantenernos firmes en cuanto a la disciplina en su hora de dormir, de comer, y en otros aspectos.
El castigo físico nunca se debe hacer cuando los padres están enojados.
Si hay la necesidad de un castigo físico, es necesario explicarle primero al niño, identificando el comportamiento inapropiado.
Se le debe dar tiempo al niño para prepararse a sí mismo mentalmente antes de que sea castigado.
Inmediatamente después del castigo, el niño debe ser abrazado, confortado, y reasegurado de que él es amado.
Y sobre todas las cosas, pidan la guía del Señor y aprendan a descansar en Sus promesas. El dijo: “Yo enseñaré a tus hijos, y se multiplicará la paz de tus hijos”. Isaías 54:13.
Criadlos en Disciplina y amonestación del Señor.
Una disciplina de compasiva corrección en el conocimiento del deber que Dios requiere de ellos y por el cual vendrán a estar mejor familiarizados con El.
Necesitamos darles una buena educación. Nutrirlos, amonestarles como cristianos, basados en los principios bíblicos, los cuales no cambian ni con el tiempo ni con la cultura.
Aprovechemos los momentos enseñables para transmitir los principios bíblicos.
No dejemos pasar un día sin reunirnos para dar gracias a Dios por todo y orar por ellos y con ellos.
La asistencia a la iglesia es importante, mostrándoles la necesidad de congregarnos y confraternizar con otras familias y adorar juntos a Dios.
La lectura diaria de la Biblia es la base para aprender la disciplina y las amonestaciones del Señor para cada vida.
Criarlos en la disciplina y amonestación del Señor, es la mejor de las tareas que se pueden realizar en esta tierra pues estamos equipando a nuestros hijos para el futuro.
REGLAS DEL DR. DOBSON EN CUANTO A LA DISCIPLINA:
Establecer límites, reglas con anticipación.
Distinguir entre el desafío voluntario y la indisciplina infantil.
Restaurar la confianza del niño e instruirle cuando haya terminado el conflicto. Abrácele, acaríciele, repítale por qué fue castigado. Ore con el hijo en esa ocasión.
Evitar hacer exigencias imposibles de cumplir. (Necesidades físicas, tareas escolares, etc.)
Responda con firmeza cuando su hijo lo desafía. (cuando se tira al piso o grita porque no lo complacen, etc.)
Los padres deben permitir que el amor sea su guía.
Respetar a sus hijos. Nunca despreciarlos o avergonzarlos en público.
Herencia de Dios son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre.
Salmos 127:3.
Dios te bendiga,
Tu hermana y amiga,
Alva Vargas de Contreras.
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