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«SER MADRE»

 Ser Madre es un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad, es sufrir, pero también gozar, es dar, pero también no recibir nada a cambio.

Es amar, pero también ser olvidada, es esperar, pero también confiar, es enfrentar situaciones difíciles, pero también tomar grandes decisiones.

Implica callar, pero también hablar,  interceder por el hijo y ver la respuesta, amar incondicionalmente, perdonar,  compadecerse del hijo de su vientre.

Recuerdo el concurso que en mi país se realizó a través de una emisora radial, donde las personas llamaban y daban su concepto acerca de lo que es SER MADRE.  Mi padre fue una de las personas que llamó y expresó su sentir al respecto.  El concepto dado por él fue muy aceptado y resultó ser el ganador del concurso.

Ser madre es un gran privilegio que tiene implicaciones:

Un acto de gratitud. “Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.

He conocido mujeres que se quejan por estar embarazadas y por tener hijos. Los hijos son la herencia de Dios y tienen un valor incalculable.

Aceptar la responsabilidad y no depositarla en otros.  Cuando Jesús estaba en la cruz le dijo a María: Mujer: “He ahí tu hijo”

Responsabilidad en la crianza, en la disciplina, en el dar amor  incondicional, en enseñar las verdades bíblicas, en dar un ejemplo digno de imitar.  Responsabilidad de la cual daremos cuentas a  Dios.

Implica pagar un precio.  Para esto, tenemos que prepararnos espiritual emocional y físicamente.

Cuando hablo de la parte espirtual, me refiero a ese contacto con el dador de la vida, teniendo tiempos a solas con El cada día, y pidiendo Su sabiduría en este role tan importante.

Jesús dijo:  “Sin mi nada podéis hacer”

En el área emocional, necesitamos buscar sanidad en aquellas áreas de nuestra vida que fueron afectadas negativamente desde nuestra niñez, para no repetir los patrones con nuestros hijos.

Y en relación al área física, es necesario alimentarnos bien, descansar en los momentos que podemos, para así tener las fuerzas necesarias en el levantamiento de esos seres amados.  Todo esto requiere pagar un precio.

Qué privilegio ser Madres.  Disfrutémoslo.

Salmo 127: He aquí, heredad del Señor son los hijos: Cosa de estima el fruto del vientre.

Dios te bendiga,

Tu hermana y amiga,

Alva Vargas de Contreras.

www.alvadecontreras.com

 

 

 

 

 

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